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Misa en Homenaje al Señor de los Milagros en Costa Rica

  • Foto del escritor: Sunqusuwa
    Sunqusuwa
  • 5 mar 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 6 mar 2018

La Hermandad del Señor de los Milagros en Costa Rica. Comunica: A la comunidad Peruana y publico en general a celebrar la misa Todos los 18 de mes Misa en conmemoración al Señor de los Milagros Patrono del Peru.

Ven y acompañanos Todos los día 18 de Mes a la celebración eucarística Iglesia. La Merced




La Iglesia de la Merced

HISTORIA

Iglesia de Nuestra Señora de La Merced (San José) La Iglesia de Nuestra Señora de La Merced, conocida comúnmente como Iglesia de La Merced, es un templo cristiano católico y parroquia bajo la advocación de la Virgen de las Mercedes, ubicado en la ciudad de San José, Costa Rica.

Su historia comienza cuando un grupo de vecinos de San José en 1816 decidió   pagar de sus propios bolsillos todos los gastos de la construcción para el oratorio dedicado a la Virgen de La Merced, patrona de Barcelona.  El terreno lo donó un presbítero apellidado Chacón y dos años después estuvo listo un templo de adobes y tejas, ubicado a la par del edificio más bello de la época, la Factoría de Tabacos.

Este primer templo de la Merced era bastante endeble, pues en esos años nadie tenía formación académica en cuestiones de arquitectura ni ingeniería. El director de los trabajos fue Don Miguel Carranza Fernández quien fue Vicejefe de Estado de 1838 a 1841.

Una cosa curiosa es que la ermita estaba ubicada a tres cuadras de la Parroquia de San José, pero no compitieron, ya que el terremoto de 1822 rajó la fachada de la iglesia matriz y tuvo que ser clausurada por reparaciones.

Precisamente por este hecho cobró protagonismo histórico durante los primeros años después de la independencia de España, pues era la opción más cercana en San José. Fue elegida para la juramentación de los miembros del Primer Congreso Constituyente del Estado Libre de Costa Rica en 1824.

También tuvo el privilegio de alojar la imagen de la Virgen de los Ángeles cuando los cartagos perdieron la Guerra de la Liga y la dejaron olvidada en la iglesia de Curridabat. Todavía se duda si se trataba de la Negrita original, la de los milagros, o de una réplica llamada la Peregrina.

Los josefinos se la llevaron como trofeo de guerra y el Jefe de Estado Don Braulio Carrillola la ubicó en la parroquia por ser el templo de mayor jerarquía, pero después decidió mudarla a la iglesia de la Merced. Se hizo en una procesión para demostrar que su administración respetaba los asuntos de fe, pero el resto del país lo criticaron. Durante siete años La Negrita estuvo como una prisionera política hasta 1842 que el General Morazán ordenó regresarla a Cartago.

En 1862 el Gobernador de San José la describió como "el sarcasmo de nuestra religiosidad y el baldón de la República" y en 1871 el Obispo Monseñor Anselmo Llorente y Lafuente promovió una reconstrucción a fondo declarándola el 1° de agosto temporalmente Catedral de San José.

Otro evento trágico que presenció la iglesia fue en el 30 de julio de 1876 que hubo una balacera por la caída del efímero gobierno de Don Aniceto Esquivel. Dos años después de este evento se concluyó por fin la nueva Catedral y el 12 de diciembre de 1881, el Obispo Monseñor Bernardo Augusto Thiel y Hoffmann dividió la jurisdicción en la de Nuestra Señora del Carmen y la de Nuestra Señora de la Merced, que era casi toda la mitad occidental de la capital donde habían apenas unos doce mil quinientos habitantes.

En la noche del 14 de enero de 1883 rompieron ventanas y entraron al templo, rompieron el sagrario, se extrajo el copón y derramaron las hostias consagradas. Alrededor del edificio se encontraron cálices y copones, lo indicando que el propósito no había sido el robo. Se rumoró que había sido un hijo del ex Presidente Don José María Castro Madriz.

Castro expresó en un memorándum para la Legación de Costa Rica en Roma que el clero había fingido el sacrilegio para que la plebe indignada estallara contra los jóvenes de las primeras familias. Por esto el Obispo pasó un año de destierro, se confiscaron cementerios y quedaron proscritas las comunidades religiosas del territorio nacional.

Otra sorpresa para el edificio fue a las cuatro de la madrugada del penúltimo día de diciembre de 1888 un sismo sumamente violento dañó La Merced. Para su reconstrucción la Iglesia y el Gobierno intercambiaron propiedades y por eso en el terreno donde estaba el Teatro Municipal ahora está La Merced y donde estuvo La Merced se encuentra el Banco Central.

El gobierno donó ocho mil libras esterlinas para la construcción de la actual Iglesia de La Merced, se inició en junio de 1894, cuando era obispo de Costa Rica, Monseñor Bernardo Augusto Thiel. El ingeniero Lesmes Jiménez Bonnefil estuvo a cargo de su diseño arquitectónico junto con la colaboración del arquitecto Jaime Carranza. El Ellos concibieron un estilo del templo es neogótico y su única torre central muestra una influencia remarcada del gótico alemán.

En la restauración que empezó en el 2002 centró su atención en los jardines, vitrales, rosetones, pisos, columnas internas y el estuco veneziano de la entrada principal. Además de recuperar las pinturas de las paredes interiores colocadas en los años 40 del siglo pasado que fueron tapadas por la comodidad de pintar de un solo color en la década de 1950.

Posee tres naves interiores están bajo una sola ojiva continuada, la central tiene quince metros de altura y las laterales nueve. Las coloridas pinturas de las columnas son de 1920 creadas por el italiano Adriano Arié. Los colores originales fueron rescatados dándole un ambiente único en comparación con el resto de las iglesias capitalinas.

El cielo raso de la Merced es de caoba en su tono natural, la base de las paredes internas tienen un enchape de mármol y el mosaico es de la primera fábrica de mosaicos del país ¨Industria Nacional¨, la cual era dueña la esposa de Adela Gargollo, esposa de Lesmes Jiménez.

Entre sus obras de arte están tres vitrales que representan apariciones de la Virgen de La Merced y su obra más apreciada el Cristo Agonizante del artista Manuel Zúñiga, quien se retrató desnudo en una cruz para crearla.



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